El ayer
todo y entero
se me escabulló entre los dedos…
Lo había atado al pabilo
lo quería tal vez lanzar y
el viento ya silbaba anunciándose…
En tal quehacer
llegaron en tropel
en griterío
en algarada
la memoria danzando entonces hasta
dejar las luces asaz marchitas
mientras cernían sus sombras…
En ese mismo instante
el ayer
se me escurrió entre los dedos…
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