martes, 12 de mayo de 2015

EL AROMA DE SUS MANOS por Manuel López R.


El aroma de sus manos me anuncia su partida
aquella que de niño presentía, cuando en su regazo
sollozaba abrazándola entre las más tiernas palabras
-Mi mamita no te vayas -… ¿recuerdas?
-No llores mi niño… jamás me iré…no llores-
-“Duerme mi niño…la noche llegó
mañana temprano amanecerá
y juntos podremos…volver a jugar”-.
Ayer estábamos juntos… te abrazaba…me mirabas
y en el calor de tus palabras me decías
-“no quiero que te quedes solo…”-
Recuerdo el primer día que te conocí
cuando mi primer llanto te avisara que estaríamos juntos.
Un pequeño, con ojitos tratando de encontrar tu rostro
de sentir el calor de tus caricias  madre eterna,
me aferraba a tus manos e intentaba disfrutar de tu sonrisa.
Y fui creciendo, seguía tus pasos, subido en la nave de tus sueños
viajaba por el universo de tus manos,
en el vuelo interminable de tu máquina de coser
dibujando cometas construidos con tus telas
y luego aterrizaba en la calma de tu mar inmenso de amor y paciencia.
Fueron testigos…los trajes que la magia de tus manos crearon
ante la más grande visión de los tiempos…
Si algún día me preguntan: ¿Quien fue mi madre?
Les diré:- Fue una estrella construyendo el universo
y en sus manos se estrecharon innúmeras gotas de vida-,
les diré:- Que jamás dibujaste un no en tus labios
y que innúmeras flores nacieron en el jardín de su sonrisa-.
Fueron gotas de lluvia que cayeron en tierra firme
y calmaron la sed del desierto.
Lo dicen las mañanas de tu amanecer sincero
Las tardes de tus luchas en la quinta
Las noches de tu sueño dulce y tierno
Ahora que eres madre luna, amiga, compañera eterna
una oración y poesía.


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