viernes, 10 de octubre de 2014

Huapeo mi grito hasta el infinito por Ida Luz Solís Madrid

Bailo feliz
moviendo mi cintura de lado a lado
de cerro a cerro, uniendo la noche y el día
 
Airosa levanto mi cuello al compás de la pandilla
y saludo reverente a las cumbres alfombradas
por donde me deslizo hoy día
 
Bailo feliz
 inclino  mi cabeza de costado como lorito interrogante,
 hasta escuchar la última nota de este baile que me llama
dejando  que la brisa  mueva mi cabellera, como si fuera una rama  mas
al compás de este huayno que hoy me hace bailar al centro de su mano.
 
Bailo feliz
 y entre vuelta y vuelta hago zigzag
a  la noche y a las sombras
que hasta hace un rato me acompañaban
 
Bailo feliz y mis fustanes bordados y ondulantes
son  las nubes que me miran emocionadas
saludan a la vida y le tuercen la cara  a las sombras
que yacen exhaustas con tanta vuelta
 
 
Se levantan majestuosas mis enaguas
en medio de  estas cataratas de algarabía
dando vueltas rebosantes como mi gozo
 
 Me saco el sombrero y saludo
y despierto a las palomas más antiguas de los tejados
 que hoy lavan sus ventanas solo para mirarme
 
Saludo a las palomas que me miran divertidas
y se animan a cambiar de plumaje
y con la novedad se alborozan como quinceañeras
 
Bailo,  huapeo mi grito hasta el infinito
y sus ondas se extienden hasta las grutas
más oscuras de mi vida, a las lagunas más antiguas
que hoy abren sus puertas, se sacuden y dejan pasar al sol
 
Huapeo  feliz
me hago parte de la banda y elevo sus notas
 hasta el  cerro más alto que hoy  me sigue al ritmo del tun tun
de su corazón andino
 
Bailo dichosa y mis fibras, mi hechura inicial
recuerdan el preciso momento de mi existencia
 la luz y la vida que originaron
mis movimientos, al ritmo de esta música vital
 
Bailo, y nuevamente me alineo a este pueblo
 laborioso, depositario de razas y culturas
 que hoy luce sombreros de gala
 
 
Encuentro que mis sonidos hoy coinciden con la lluvia,
y mis palpitaciones hacen dúo
con las germinaciones de las habas
 
Los tacos de mi baile
acompañan el tambor de estos cerros
que hoy despiertan
 eternos como hace mil años,
y que felizmente danzan…

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