En
memoria de Constantino Carvallo
Tras un lánguido invierno el sol asoma
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por los tejados planos y uno siempre se
pregunta
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si tamaño prodigio se puede volver a repetir
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año tras año
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mientras el tiempo y el olvido hacen su
inapelable trabajo.
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El sol asoma y no queda sino sonreír
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como un tonto al cielo
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agradeciendo esas hebras de calor
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y estas inconsistentes ganas de dar un paseo
por la calle
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sin otro propósito que perder el tiempo.
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Creo que a ti también te hubiese gustado
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dar esa caminata
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mirando el mar pulido bajo el malecón de
Barranco
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cuando la bahía pierde sus últimas brumas
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y los pescadores se agitan en sus barcas a
lo lejos
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como tenues corvinas de hojalata.
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Demos un paseo Constantino
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vamos
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salgamos a dar el último paseo.
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En “Quise decir
adiós” (i.m. Constantino Carvallo)
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