Ni guardavalla ni espantapájaros
Blanca Varela
Querías tomar el toro
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Por las astas
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Y apenas
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Agarraste un rumor de manantiales.
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Creíste que era un disparo
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Hacia la izquierda
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Pero la pelota ingresó
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Con cierto desdén
por la derecha.
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Ahora deliras.
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Y de liras perdidas
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Fue tu juventud de vidrios
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Rotos y carnavales fatuos. Lejos
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Del océano que duerme
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En los mapas escolares,
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Confundes las olas con la luz
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Sudorosa de la piel que te acompaña.
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Eres un amateur
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Abatido
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Como una paloma mansa
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O más bien un gallo
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Viejo
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Que ni a Carmelo llega.
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Qué manera la tuya de confundir
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Emperatriz
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Con cicatriz
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Y alcatraz
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Con saltapatrás.
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Pero
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No todo está perdido:
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La muerte
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No se equivoca.
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Es infalible.
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Patea con los dos pies,
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Con la cabeza,
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Con el codo y la rodilla
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Y la oreja
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Y en el alma.
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Como la palabra
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Soledad.
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Recuerda que ya juegas
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El suplementario
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Y se te viene encima la ceniza
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Que arañó tu frente
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Con la punta
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De un cuchillo rencoroso.
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No será el último beso
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Que recibas
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En tu área chica.
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Pero sí
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El pitazo final
que calcina tu cuaderno
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De candelabros limpios, oraciones
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Silenciosas,
ríos
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Desollados y algún suspiro
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A la limeña,
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Que todavía brilla en tus labios
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Ya mustios
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Ya morados
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Ya santos.
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Oh guardapenas
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Oh guardallantos
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¡Rey de los autogoles!
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