Del Editor

… "Íbamos a vivir toda la vida juntos./ Íbamos a morir toda la muerte juntos./Adiós. No sé si sabes lo que quiere decir adiós. / Adiós quiere decir ya no mirarse nunca, / vivir entre otras gentes /reírse de otras cosas,/ morirse de otras penas. MANUEL SCORZA. Poema Serenata. "

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Del Editor

"Íbamos a vivir toda la vida juntos./ Íbamos a morir toda la muerte juntos./Adiós. No sé si sabes lo que quiere decir adiós. / Adiós quiere decir ya no mirarse nunca, / vivir entre otras gentes /reírse de otras cosas,/ morirse de otras penas. MANUEL SCORZA. Poema Serenata. "

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"Íbamos a vivir toda la vida juntos./ Íbamos a morir toda la muerte juntos./Adiós. No sé si sabes lo que quiere decir adiós. / Adiós quiere decir ya no mirarse nunca, / vivir entre otras gentes /reírse de otras cosas,/ morirse de otras penas. MANUEL SCORZA. Poema Serenata. "

Del Editor

"Íbamos a vivir toda la vida juntos./ Íbamos a morir toda la muerte juntos./Adiós. No sé si sabes lo que quiere decir adiós. / Adiós quiere decir ya no mirarse nunca, / vivir entre otras gentes /reírse de otras cosas,/ morirse de otras penas. MANUEL SCORZA. Poema Serenata. "

Del Editor

"Íbamos a vivir toda la vida juntos./ Íbamos a morir toda la muerte juntos./Adiós. No sé si sabes lo que quiere decir adiós. / Adiós quiere decir ya no mirarse nunca, / vivir entre otras gentes /reírse de otras cosas,/ morirse de otras penas. MANUEL SCORZA. Poema Serenata. "

miércoles, 30 de diciembre de 2020

IMPOSIBLE por ERNESTO LOBO

 Cuando me fui del todo

no hubo quien diera cuenta por mi…

 

Solía llegar a la puerta haciendo piruetas

al cabo no dudé en prender la regadera

martillar el alambre desprendido de la cerca

incluso engrasar los bornes

prendidos al viejo portón…

 

La fronda de aquel árbol me cubrió una y tantas veces

que al avanzar rumbo

a la larga e insolente calle

me acostumbré al andar paso a paso

hasta que la tierra húbose agotado…

 

Frente a mí

el hielo eterno de la montaña

atrás un largo vacío…

 

Fue entonces imposible volver…




domingo, 27 de diciembre de 2020

MIENTRAS VUELVO por MOSHENGA VIII CABANILLAS

 Ya no es madrugada

                  para este bosque de insomnios

Tampoco huracán de nueces

que golpean

los párpados de hojas y madera.

Son los sueños atascados

que incendian esta pena.

Porque al dejarte

mientras me llamabas

y caminar dándote la ausencia del no mirarme

eran para que tú no vieras

éstos riachuelos bajar de la montaña

                  pensando regresar

                     con la dulce luna

                             para la cena.

Por eso mi ausencia.

 

Para ti mi hermosa niña...Cayetana Cabanillas.

De tu padre que te adora.

 

Cuando regrese te las leeré entre lágrimas.






viernes, 25 de diciembre de 2020

LA NADA por ERNESTO LOBO

 Y si me pierdo en la nada?

en un antro de espurias huellas vacías

ajeno a fantasías y formas y luz…?

 

¿Es que existe un algo que rompe

el patrón material de los cuerpos…?

 

A la vera de un desierto

sin camino alguno

tendido sobre una roca tal vez

veo la oscuridad envolver el árbol

la tierra y el lago…

 

Entiendo que al final de los tiempos

germinará un esquivo vacío

un límite por donde lo real se esfuma

se desvanece lo permanente

cobijado bajo el denso manto de la nada…

 A través del hoyo negro: vacío y nada”







martes, 22 de diciembre de 2020

ULTIMO POEMA por ANA MARIA GARCIA SILVA

 Un poema es un abanderado pobre que no puede resignarse a su designio y llora

Llora de languidez pero aún le quedan una ganas sanas

de botar en materia lo que acaso consume y que no existe

más allá del falso escaparate del poeta.

 

La mañana oscura, lápida, carbón y tal la vida: sin diestra sin siniestra sin un azul que compense/ tanto aterrase cuanto venderse al postor/ la sílaba silente se asienta en su sofá cómodamente /estira lo arrugado y a su callado vuelve entonando nada  

no haber podido deletrear la canción que antiguamente se me prendía

viscosa al pecho y gritaba-a voz en cuello-un eco, dos ecos y todos los ecos redoblados

esa canción se fue

arrancando las letras en orden descendente/las dejó sin piel

escurriendo

despojadas estas de su naturaleza azul vaciaron su color, su labio y su armonía

 

la he buscado

 

en todo prado la busco

en cualquier corralón pongo mis ojos

llamo a los más ancianos porque tal vez ellos la hayan recibido alguna noche en sus cobijos

o la hayan tapado con su manta y esté confundida entre las olas

 

detengo los dedos al azar e indico

como una ilusión el rastro del fue/ del allá/de lo que entonces…

 

los puntos suspensivos me llevarán a ella

 

junto los dedos más grandes de mis manos

imploro a los muertos/a las heridas de los muertos/al silencio de sus habitaciones

 

en el espacio de mis pies descalzos

cumplida la jornada

encuentro en el viento

la aflicción

la llama… 








domingo, 20 de diciembre de 2020

YUGUYPI AYPAY por ASTRID ARBOLEDA FERNANDEZ (Orgasmo, en quechua)


El velo de la noche se desliza

el sol inunda el lecho

los amantes naufragan

entre cometa y nave

las sábanas sudan

el reloj se ha detenido

surca el cielo

sumergidos en fluidos

ruedan imparables

saltan abismos

hacia la cascada

divagan entre colinas

anillados consumen su aliento

se embelesa la energía de mar

remontan el cenit

entre la selva

alcanzan la pradera

con deleite rinden sus espíritus.

 

Es la hora de la vida

el aroma de una taza de café

amaina el fuego.

 


 





 

viernes, 18 de diciembre de 2020

9 de Abril por ANTONIO ACEVEDO LINARES

 

Un hombre que era

un pueblo muerto

a disparos de revólver.

 

Un tranvía que arde

entre el fuego.

 

Un hombre arrastrado

por las calles linchado

por la muchedumbre enfurecida.

 

Unas palomas que vuelan

despavoridas en la

plaza de la catedral.

 

Un hombre que creará

un mítico pueblo imaginario

llamado Macondo

su máquina de escribir

arde entre el fuego.

 

Un reloj que se ha detenido

en una hora aciaga a mediodía.

 

Un hombre que años después

hará una revolución en una isla

del Caribe camina por las

calles bogotanas en ruinas.

 

Una muchedumbre de hombres

que blanden sus machetes

y martillos y palos

y destornilladores al aire.

 

Una hilera de cadáveres

que yacen frente

al Cementerio Central.

 

Una lluvia que cae sobre

la tarde sangrienta

en la larga noche

de un país en llamas.






martes, 15 de diciembre de 2020

Piso VII C por FLAVIA COSMA

 —No gastes el dinero

no vengas más a verme;

es una pena, mi situación es

 muy complicada y además 

yo estoy muy ocupado.

 

Bésame hoy pero no vengas más a verme.

 

—¿Quieres decir que no deseas

que nos encontremos alguna vez?

—No, no he dicho eso,

pero la vida me golpea por todos lados,

un golpe hoy, otro mañana;

no vengas más, es mejor así.

 

Una náusea se alarga tomando con sus tentáculos blancos

la ropa de cama, el vino retenido en las copas,

la esperanza.

 

Quería enterarme, y me enteré

claramente, como la luz tardía de la tarde

en esta habitación, donde el otoño asfixiante

aún transpira.

 

Lo sé todo ahora.

Y lo que no se

no importa más.

Traducción de Luis Raúl Calvo









domingo, 13 de diciembre de 2020

ENARENAMIENTO POR GERMAIN DROOGENBROODT

 

 

Qué es
ese asalto y
enarenamiento visible

sino asalto
y enarenamiento
del no visible.

No huirá la noche
sino el día

cuando cante con su
voz de desierto el cuervo
la canción de la nada.

 

De “el Camino” (TAO), Point Editions, Bélgica 1999  Calima Ediciones, España 2004.












viernes, 11 de diciembre de 2020

NOSOTROS por JENNY CABRERA

 

Como seres agraviados caminamos

guardamos mínimos rencores

somos el reflejo de una luz lejana, itinerante,

somos un espejo para el fuego.

 

Nos permitimos el derecho

de borrar la página, el color y las señales.

Pocas veces enfrentamos la verdad.

Entramos al pasado sigilosos

detestamos la puerta que

se abre, presentimos, sin embargo

que el alivio está al alcance.

Vestimos de sonrisa falsa

decoramos la mentira con la mejor palabra

nos atraganta el llanto y aun así reímos.

Estará frente a ti desnuda, sola, la fealdad

nuestra y nuestra carne

¿Quién podrá mentirte, fiel metal bruñido?

Alguna vez, con un gesto de bondad y magia

aliviaras nuestros años, seremos urdimbre

y hasta nueva cosecha de nosotros mismos

solo por un instante, después volveremos a ser

la frontera entre el fuego y la lluvia

el miedo, el crujir de huesos

cántaro de agua y sal

cúmulo de carne, para el olvido.