martes, 9 de septiembre de 2014

Letanía en retroceso por Carmen Amaralis Vega Olivencia

En un rincón azul duerme la vida,
diamante ensangrentado.
Herida por las manos del maltrato,
en almohadones de rubíes dolidos
duermen o se esconden los anónimos.
Saben que son grandes las heridas,
nadando en excrementos propios
causados por el látigo malvado.
Saltan voces crueles y enloquecidas,
vientres explotando de avaricia.
Maltratar a débiles es consigna.
Si fueran fuertes no se atreverían
a aplastar la inocencia del caído,
sepulcros blanqueados al sol son,
burlan al que sufre sin salida,
violadores de la mujer vencida.
dan patadas al cuerpo ya caído,
bestias sin conciencia,
lagartos en desidia.
Se escuchan gritos,
alaridos.
Pido perdón a Dios,
No por mis culpas, pido perdón a Dios
por los malvados,
los que asesinan sin importar pecados,
sin enterarse que llegarán los días,
negros días
en que todo se descubra
exponiendo las vendas del herido,
al jurado implacable del Divino
para que reine la bondad por siempre
sofocando con justicia a los malvados.

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