lunes, 15 de mayo de 2017

RESIDENCIA de Rosina Valcárcel


Descansar el día en un ojo vivo y el amor en el otro convulso

Tu piel en mis labios, luciérnagas en la cabellera

Ataviada en la huerta, el monte, el viaje y el río

Pulcro y acicalado para la rotación del cosmos

Te evades a través de la acuarela

Entre cepas de humo y flores del aire

Remos de almendra y blusa de polvo

El pan sobre la mesa

Qué carajo, compañero

No me voy como las trovadoras

Alzas la cruda realidad cotidiana

Hurtado, tú, a la medida del canto de río

Y la turbación de un perfil renovado.




(Lima, 13 de junio de 2016)


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