jueves, 22 de diciembre de 2016

Primer piso por Flavia Cosma


El cuarto es estrecho, rectangular,
sombrío.
—¿Por qué me rechazaste?
—¿Yo? Yo no te rechacé.
Fue solo el hecho de que tú te fuiste a otro lugar.
Sigue la mentira :
—¿Por qué me rechazaste? Dos veces me rechazaste.
Siguen otras mentiras, innumerables.
Y la mano extendida, y el pájaro chocando
desconcertado
contra el vidrio de la ventana 
y la respiración sacudida mendigando
una señal
una palabra que no se asemeje a otras
al menos una sola palabra
capaz de abrir la ventana hacia
el adoquinado caliente.

TRADUCTOR Luis Raul Calvo (Argentina)



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