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Las
piedras del altar donde hoy me arrodillo
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penando en
el silencio
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de mis
horas inciertas....
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Los te
quiero vencidos por el tiempo funesto
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como si
fueran dulces
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de sabores
añejos...
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Caducan
las lisonjas... Reivindican el miedo
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el corazón
en trizas
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en pos de
los te quiero,
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que se
fueron clavando como en un crucifijo
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derramando
mi sangre
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de dolor
imprevisto...
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Los males
que se apegan muy hondo al descontento
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del
paisaje las horas
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infinitas
sin tiempo...
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Y la llama
en la hoguera calienta el frío acero
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que
penetra en el alma hasta horadar el cuerpo
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que en
deseos culmina tan frío por las calles
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entre las
multitudes de personas extrañas
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y que a
nadie le importa que he perdido mi calma...
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Quiero
hundirme en el río
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de
lágrimas y espuma
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esconderme
del vulgo la traición y la escoria
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olvidarme
de todo
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olvidar de
tus ansias,
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caerme en
el abismo sutil de la distancia
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renacer
esta noche sin luz en la mirada
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sin
memoria ni gloria... Sin importarme nada.
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28/07/2015
by Lilian Viacava Dama de la Poesía
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