martes, 27 de mayo de 2014

“Descabellado error” por Carmen Amaralis Vega


Desperté, y me encontré en unos brazos tibios.
 
El sol brillaba impaciente.
 
Las rosas sudaban un rocío extraño
y un rumor de aves volando a mis pies.
Percibí el llanto de los querubines.
Desperté,
Mi rio dormido no quiere fluir
Sus aguas negras, estancadas,
reflejan la luna olorosa a nardos.
Nardos floreciendo en pasiones confusas,
cuerpos húmedos y rígidos
después de la larga faena de media noche.
Desperté horrorizada, arrepentida.
Terrible reconocer un descabellado error,
Y el recuerdo invadiendo tus entrañas.
Arrepentirse ya no vale.

0 comentarios :

Publicar un comentario