viernes, 1 de mayo de 2015

PRESENCIA INTERMINABLE por DORA VARONA

A CIRO ALEGRIA
VIVES,
Te palpo,
interminable y único,
bajo mi nada sola que ya no tiene prisa.
 
Te palpo la mirada,
lo que piensas y el eco,
la palabra antes dicha,
el silencio y el modo,
con los poro abiertos como oídos de ciego.
 
Te palpo cuando lloro,
pues llegas a mi boca bien nacido,
transparente y tan tibio como nunca.
 
Te palpo cuando rezo,
cuando peco te palpo,
porque abarca la forma de mi vida
como el tacto
lentísimo del tiempo.
 
Te palpo tras mi frente,
cuando te quiero ver,
y eres como el agua
que lame cuando pasa
las plantas y la sed.
 
Te palpo y tiene pulso tu arteria despeñada,
y empañas con tu aliento la inefable distancia.
 
Te palpo y el aire que palpo me respiras,
¡No has muerto, no, no has muerto,
me adentras todavía!


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