En caminos constantes elegidos
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muere la angustia de la mansedumbre
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porque tu amor siempre ha sido la lumbre
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¡Deseos de mi cuerpo preferido!
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En el placer que tú me has concedido
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tu cuerpo y mi cuerpo elevan la cumbre
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libando besos con la certidumbre
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que nuestro dolor ha sido abatido.
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Revivo en tu vereda desbordada,
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vivo el pecado y dejo de ser pura
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para mi bien dejando de ser triste.
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El mal recuerdo es solo de la nada
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punto final y muerte la amargura
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¡Con besos de tu boca me dijiste!
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