Excúsame, si noticias no has tenido de mí.
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En realidad, anduve por ciudades y calles observando la vida y su
letargo, buscando una razón,
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un motivo, que me hiciera reaccionar ante lo que el hombre con
egoísmo, irracionalidad,
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falta de estupor, destruyó; y no sentir este infierno de memoria, que
me desconcierta.
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Seguía mí camino en esta batalla que quemaban mis gritos, y así como
el humo del cigarro se diluye también así mis esperanzas.
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Perdía sentido todo por lo que alguna vez quise y luché. Esto me llevó
a evocar la sangre del eterno peregrino y sentir que en vano fue lo que
intenté y pudo ser.
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Presencié el llanto, el frio, el desierto, el infierno y feroces
inquietudes que propiciaban un sismo que no se detenía.
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Hay un enorme abismo que cada día se expande y distancia, al igual que
un batallón vencido que emprende su retirada y huye del enemigo.
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Tanto nos hemos distanciado el uno del otro que el tiempo en que fui
feliz me lo arrebataron. ¿Cómo pasó, qué sucedió? No lo sé…
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Con mis sentimientos fracturados me encontré en un callejón sin
salida, teniendo por compañía el cigarro y la soledad.
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La confusión me encerró en un remolino de emociones y de espinas.
Trazos incompletos sobre el lienzo del olvido y mí llanto no alcanzó a
desafiar mis penas.
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¡Se acercaba el final!
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Los días pasan…
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No encuentro las pistas para comprender el por qué de la existencia,
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quizás sí somos un especie a merced de manos ajenas, meros títeres,
encarcelados en la cotidianidad, una cotidianidad que da náuseas.
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Caminaba sin dirección.
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Caminaba desafiando las calles donde la sombra se esconde tras la
sombra de esta agonizante humanidad,
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escribiendo por turnos, hablando de sueños, de algún lugar que nunca
pude ir; por que ante mis ojos se quebró el escalón a la luna y hacia ti
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Se me hace difícil pensar en amar sin pensar en el bienestar de la
humanidad
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y lo más probable es que me aplaste la duda y sólo quede el océano con
toda la certeza de que en este mundo hay cosas que nunca conoceré
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Sin embargo, ¡imploro el cambio, un cambio que sin ser sal no olvide
la humanidad!
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Todo arde y se extingue
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No hubo espacio ni tiempo para mí regreso; ni yo misma advertí que la
vida se me volvió un infierno
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Excúsame, si noticias no has tenido de mí…
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© Noris
Roberts
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