Voy
a escribirle al Sumo Pontífice y al
mismo Dios
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para
que te exoneren de tus promesas
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de
los exámenes que te faltan rendir
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y
puedas venir aquí, a mi lado
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Voy
a contratar a las noches más elocuentes
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a
las aves más tiernas
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para
que viajen especialmente a cantarte
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a
sanarte
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y
te convenzan de volver conmigo
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Todo
este tiempo han crecido flores
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y eucaliptos en nuestra casa
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se
han limpiado los campos y los ríos
esperándote
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Yo ya estoy curada
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ya
no me asustan los días ni los anocheceres
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a
través de los cuales te solías ir
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Aún
tengo las oraciones y remedios que dejaste
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Todo
está preparado
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durante
estos años he aprendido a domar
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a
la desesperanza, y a las penas
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que se habían venido a vivir conmigo
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He
arreglado todos los techos y las goteras por las cuales
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se
filtraba el desaliento que no nos dejaba dormir
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Estoy
aquí, no he aceptado la derrota
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he
apelado a la corte suprema
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tengo
todos los fallos a mi favor
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Parece
que el gran señor cederá
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y
aceptará por fin la libertad de tus sueños
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Mientras
tanto tercamente seguiré esperando
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parada
frente a la puerta aunque todavía no
abran
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y a Dios
enterneceré , le hablaré, y le hablaré
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y
le cantaré cada noche sin
desistir
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hasta que vuelvas
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