Ahora que estamos ciegos, miramos
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Mejor que nunca: las algas
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Relampaguean
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Con
su triste color azabache,
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El oxígeno ralea. También los sueños.
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En el horizonte herido humean las alas
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De un zorzal ahumado.
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Y la lluvia huele a carne sazonada
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Por alguna vendimia deleznable.
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Este mundo se viene
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Abajo. Hay muchos muertos,
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Heridos y confusos. Ciegos
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Como estamos, miramos
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Mejor que nunca. Es el siglo
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De los buses.
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Un hueso duro
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De roer
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Es el smog.
Como el cielo.
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