I
La
mirada se eleva al firmamento
entre
bosques undosos de eucaliptos,
robles,
pinos y romerillo.
¡Tanta
vida han visto estos ojos!
La
niñez me supo a corta edad,
a
inquietas travesuras y tibiezas del hogar.
En
la turbada adolescencia
y
durante mi trajinada juventud,
marchamos
en pos de la gloria hace un siglo
recorriendo
cimas del heroísmo,
andando
ciudadelas de ilusión,
buscando
tomarlas por asalto,
movidos
por las ansias,
animados
en la dulce quimera del deseo
y
el sublime fervor de la pasión.
II
Con
el pecho abierto ante la vida
y
el corazón entre las manos
pusimos
toda nuestra sangre en la aventura.
La
historia de los tiempos
no
recordará épica mayor.
Millares
de jóvenes escalando montañas,
coronando
nevados de altas cordilleras,
abrazando
un arcoiris de esperanza,
Insomnes,
colgando
de hilos de plata de la luna.
La
historia de los tiempos dirá
que
fuimos surcando constelaciones
y
aunque heridos cruzamos ríos helados
danzando
ebrios y desnudos
tras
bacantes en los prados.
¡
Ah, estrellas fugaces que iluminaron
el
nacer del amor y la pasión !
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