Fragmentado argentino,
de mis tiempos
mozos y escapado.
Sujeto y casi israelí,
de mis tiempos
de hoy sin el "touch" ¡El siempre autóctono donaire!
Medio poeta, medio doctor,
de mis tiempos mezclados liosos.
Casi judío,
de mis tiempos sin religión - y ya van todos – y los sellos.
Poco más o menos esposado,
de mis tiempos naturales.
A ojo: Padre,
de mis tiempos en linaje.
y con los zapatos sin acordonar, con sombrero y
anteojos oscuros, escribo este medio poema sin principio y cerca del fin, medio
contento, medio optimista, medio volando, medio en el agua, medio observando,
medio ayer festejado con medallas y mañana cuestionando, medio pensando, medio
de día, medio en la ruleta de las células del bien y del mal, medio entero
después de haber comido medio limón ácido y medio estrujado, medio meditando en
la meditación, medio caminando por el medio camino de la historia hacia el
medio del todo y la nada, medio despierto...
En la intemperie de un mundo que acecha la unidad y la confunde con el pensamiento único, el sentirse " medio" o " fragmentado" es signo de sensibilidad ante una violencia que acosa y reaviva preguntas sin respuesta, como las que expresa el poema, que es una llaga viva que Ernesto expone, para hermandad con los sufrientes de un mundo caótico. Camino difícil de toda una vida, Ernesto Kahan, sigue edificando con su palabra y ejemplo, maestro de Maestros. Felicitaciones a esta página y abrazos a Ernesto.
ResponderEliminarMARITA RAGOZZA
Querido amigo
ResponderEliminarNo siempre es fácil decir con palabras lo que se atesora en el
alma cuando se leen piezas de este "tamaño", de esta "altura", de
este medio estar y permanecer, de este medio aflojarle la cuerda al
tiempo y a las cosas para, al fin seguir estando vigilante y
participativo en un mundo que ni siquiera es "medio cruel" o está
"medio dividido"; lamentablemente está muy roto, muy enojado, muy
envidioso, totalmente enfermo y olvidado de las necesidades del
otro...Qué decir hermano...que no te partas al medio, que te mantengas siempre en la postura digna de dar amor y luchar por la paz. Que estoy contigo y te abrazo con mi corazón.
Tú no estás "medio despierto", estás atento y
tu entrega sigue buscando acercamientos verdaderos.
Querido Ernesto: Tú jamás seras un fragmento, o una mitad de algo. Serás siempre un entero, un todo, que vivirá para gritar al mundo tu misión de paz y armonía, nacida de un corazón noble y puro.
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