viernes, 27 de junio de 2014

SAN ANDRÉS POR Lino Bolaños

Mi padre fue un viejo pescador
 
Mi madre lo amó una noche sin estrellas
 
Y luego de meses en el agua,
Asomaba mi cabeza
Como un tritón
De las fauces del vientre
A las fauces del levante y del océano
 
Yo nací junto a las piedras
Las redes, las antiguas casas de madera
Y la tierra parda y sucia de mí
 
Papá solía llevarme
Del viento
Lejos de las lágrimas
 
Podíamos tocar el sol
Con nuestros dedos
Y yo era libre
Ahogándome de luces
En el azul
De altamar
 
Las frutas de mamá
Esperaban mis regresos
Y puedo aún oler sus platos tibios
Tendidos en la mesa y la pobreza
Y puedo descansar aun ahora
En aquellas limpias camas
Amorosas de mi infancia
 
La mirada azul de mi padre
Se había contagiado del mar
Los ojos oscuros de mi madre
Provenían de la sombra y la tristeza
 
Yo tenía la talla y las redes de él
Y la vista profunda de la tierra
 
Y amaba a mi vieja
Parda y sucia como arena
Y a ese hombre que era yo
Llegando más lejos que las olas
 
Pero entre ellos, en el fondo,
Transitaban tempestades
Y botellas de rencor regadas en el suelo
Y la sangre
Como savia de palabra
Nutriendo mi amargura
 
Vi entonces las frutas pisoteadas
Y el humo de alimentos
Partido en mil pedazos
Y la larga cerveza derramada
Haciendo un recorrido hacia el oeste
 
Yo quería volver a altamar
Quería nadar hacia el sol
Y comer de mis recuerdos buenos
Y vestirme del blanco de la tarde
 
Mas de mí solo quedaron estos huesos
Y esta carne arrebatada
(Otros recuerdos acabaron
Con las cosas del Espíritu)
 
No negaré que supe caminar
En medio
De la tristísima agonía
No negaré
Que crecí en manos del viento
Y de la sal
 
Y no olvido los ojos azul y negro
Del pasado
Los amontonados versos
De las piedras
Ni las sombras antiguas
Que brotaron
Como manos en mis manos
 
Un día mi padre
Abrió los dedos, señalando
Y el sol se movió
Para que el dedo siguiera su camino
Más lejos del mar
Y del cielo
Y de la mano
Y de mí
Y de sí mismo
Donde había de partir
 
Así heredé las piedras de la playa
Los mares y las espinas de los peces
Regados en la arena
 
Heredé aquellos dedos largos
Señalando hacia los sueños imposibles
Heredé también ciertas arrugas
Que confusas
Forjaron presencias luminosas en mi rostro
 
Mi madre fue envejeciendo
A la sombra de una casa hecha de arena
Y mi padre
Quedó firme y ausente
Como si la muerte no existiera
Y fuera solo
Un cuento marinero
 
Un día vi también
Partir a mis recuerdos
Al abrigo
De una nueva posesión
 
Ángeles nuevos me esperaban
Detrás de las olas
 
 
A ti, mar de la tarde
Este canto inacabado
 
Este padre y esta madre renacidos
Que corean
Desafiando las voces del pasado
 
Este ahora mismo
Donde espero al sol
Que va muriendo
Y viene a recogerme
Hasta mi casa
De altamar
 
Linus

0 comentarios :

Publicar un comentario