Mi
padre fue un viejo pescador
Mi
madre lo amó una noche sin estrellas
Y
luego de meses en el agua,
Asomaba
mi cabeza
Como
un tritón
De
las fauces del vientre
A
las fauces del levante y del océano
Yo
nací junto a las piedras
Las
redes, las antiguas casas de madera
Y
la tierra parda y sucia de mí
Papá
solía llevarme
Del
viento
Lejos
de las lágrimas
Podíamos
tocar el sol
Con
nuestros dedos
Y
yo era libre
Ahogándome
de luces
En
el azul
De
altamar
Las
frutas de mamá
Esperaban
mis regresos
Y
puedo aún oler sus platos tibios
Tendidos
en la mesa y la pobreza
Y
puedo descansar aun ahora
En
aquellas limpias camas
Amorosas
de mi infancia
La
mirada azul de mi padre
Se
había contagiado del mar
Los
ojos oscuros de mi madre
Provenían
de la sombra y la tristeza
Yo
tenía la talla y las redes de él
Y
la vista profunda de la tierra
Y
amaba a mi vieja
Parda
y sucia como arena
Y
a ese hombre que era yo
Llegando
más lejos que las olas
Pero
entre ellos, en el fondo,
Transitaban
tempestades
Y
botellas de rencor regadas en el suelo
Y
la sangre
Como
savia de palabra
Nutriendo
mi amargura
Vi
entonces las frutas pisoteadas
Y
el humo de alimentos
Partido
en mil pedazos
Y
la larga cerveza derramada
Haciendo
un recorrido hacia el oeste
Yo
quería volver a altamar
Quería
nadar hacia el sol
Y
comer de mis recuerdos buenos
Y
vestirme del blanco de la tarde
Mas
de mí solo quedaron estos huesos
Y
esta carne arrebatada
(Otros
recuerdos acabaron
Con
las cosas del Espíritu)
No
negaré que supe caminar
En
medio
De
la tristísima agonía
No
negaré
Que
crecí en manos del viento
Y
de la sal
Y
no olvido los ojos azul y negro
Del
pasado
Los
amontonados versos
De
las piedras
Ni
las sombras antiguas
Que
brotaron
Como
manos en mis manos
Un
día mi padre
Abrió
los dedos, señalando
Y
el sol se movió
Para
que el dedo siguiera su camino
Más
lejos del mar
Y
del cielo
Y
de la mano
Y
de mí
Y
de sí mismo
Donde
había de partir
Así
heredé las piedras de la playa
Los
mares y las espinas de los peces
Regados
en la arena
Heredé
aquellos dedos largos
Señalando
hacia los sueños imposibles
Heredé
también ciertas arrugas
Que
confusas
Forjaron
presencias luminosas en mi rostro
Mi
madre fue envejeciendo
A
la sombra de una casa hecha de arena
Y
mi padre
Quedó
firme y ausente
Como
si la muerte no existiera
Y
fuera solo
Un
cuento marinero
Un
día vi también
Partir
a mis recuerdos
Al
abrigo
De
una nueva posesión
Ángeles
nuevos me esperaban
Detrás
de las olas
…
A ti, mar de la tarde
Este
canto inacabado
Este
padre y esta madre renacidos
Que
corean
Desafiando
las voces del pasado
Este
ahora mismo
Donde
espero al sol
Que
va muriendo
Y
viene a recogerme
Hasta
mi casa
De
altamar
Linus
0 comentarios :
Publicar un comentario