He
visto brincar entre las cúpulas
|
A los estígmatas que los amos de roca
|
Han enviado al cadalso.
|
He callado al compás de esos gritos ahorcados
|
Y en las esquinas de este emporio de vicios
|
He visto el silencio saltando en el lazo.
|
|
Se pasea mi nariz por las plazas
|
Como una mosca que busca
|
Un vestigio de azúcar entre el excremento.
|
Sonrío entonces al oler la orina
|
Que los mendigos han dejado
|
Ungiendo de furia estos monumentos
|
De hombres cuyas historias conocemos
|
¿Y aquellos duendes olvidados?
|
Sometidos a nuestra inquisición de números
|
Hijos ilegítimos del azar
|
Yo sé que una mañana cualquiera
|
Un arcángel yo sé de dónde
|
Editará las historias de ellos
|
Y la ciudad será ciudad
|
Cuando se deje espantar por los mitos
|
Porque las verdaderas leyendas
|
Huelen a mugre
|
A abandono
|
Y a tierra.
|
(En el “Carnaval del Olvido”)
Manuel Felipe Álvarez
Galeano. Medellín 1988. Filólogo por la Universidad de Antioquía.
0 comentarios :
Publicar un comentario