viernes, 7 de febrero de 2025

NADA HA CAMBIADO EN ESA CASA por TOYA GERBOLINI

 




El sonido de la cerradura

clava agujas en su cerebro.

 

Los pasos marciales

retumban en su estómago,

cobijo del terror.

 

Los ventarrones que anuncian lluvia,

transportan palabras sueltas de ira,

venganza susurrada

en el cuarto de al lado.

 

En el imponente comedor

la cena se traga en mudo.

 

Se escucha solo el hablar

de los viejos muebles;

sus crujidos cuentan

lo que nadie sabe.

 

En su cama

las sábanas se mojan de miedo;

la tibia humedad

cobija su cuerpo de niña.

 

Una mueca inexpresiva

oculta su atávico terror.

El tiempo se desliza sin reserva

en su cuerpo.

 

La sombra de su padre

no se movió de aquel lugar.



 

Nada ha cambiado

en esa casa

a pesar de los tiempos recorridos

las plegarias oradas

los caminos peregrinados

los amantes desamados

los amigos fieles

los hijos paridos.





1 comentario :

  1. Los objetos conservan la energía de quienes los tocaron y nos traen recuerdos sensoriales de fragancias, texturas, volúmenes, sabores acústicos de quienes se fueron pero, siguen estando.
    Me agrada tu poema. Abrazos.

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