Me arropa el silencio,
un silencio tibio que abraza,
que deleita las fibras del ser.
Hay una paz que marca el contorno del cuerpo,
se propaga,
inunda,
calma.
Hay un silencio que habla,
da besos a escondidas,
y acaricia el cabello
haciéndole hondas que se ríen solas
de las siluetas de la timidez.
No es preciso que le ponga nombre
al delicado murmullo del silencio.
Él conoce de los deseos ocultos,
de inquietudes,
de anhelos
vivos,
de caminos donde un día arranqué abrojos,
y gritó desesperado mi espíritu.
Bendigo este silencio que me habla,
que susurra despacito
mis verdades,
iluminando
con destellos al amor.
Carmen Amaralis Vega Olivencia
Delicado, sutil poema de mi amiga Carmen Vega, pletórica de imágenes enriquecedoras en la descripción de ese silencio tan especial en su vida. Hermosa aportación a la poesía Latinoamericana. Un fuerte abrazo.
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