No me
dejes tu partida
no te
lleves tu aliento
llévate
mi voz entrecortada
en
medio del desierto.
Te
obsequio mis ojos hinchados
mi piel
a retazos
y un
hilo de mis cabellos.
El
viento crepita
en
medio del desierto
sacude
mi níveo vestido
aquel
en que envolvías
tus
tibios besos.
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