Ya la mágica luz de los fractales
se esfumó
quebrada en un
millar de filamentos
descubriendo la
desnudez de la pantalla
descolgando la
penumbra de un halo sin luz
se tornó en inacabada
usina sin destellos…
Aquella tarde
cuando al
cabo de la canción de los labriegos
servían
platillos calientes
el rincón
opaco lucía muy oscuro
triste y
ajeno
como preludio
de un final que ya entonces se inclinaba…
Y todo
sucedió en breves muy breves instantes
mientras el
canto era aún un eco rebotando por los rincones
y en el
cerámico de los platos se volcaba el caldo
el sórdido
hacer del universo
dejó de
alumbrar para mostrar un rostro fiero…
Ahora ya no
hay recuerdos
la luz dejó
el alba
el tiempo se
perdió con los vientos
la vida misma
dejó de latir copiosa
anunciando
que la dulce esencia de la existencia
había dejado el estéril germen
de un oscuro futuro sin mañana…
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