El
tiempo se llevó la vida
en
su veloz soplido de hojas amarillas
hacia un lugar desconocido
donde
la lluvia es luminosa lava
y
el amor es un abrazo estridente
como
una pluma que asciende al caer la noche
hasta
los altos andamios de las violetas.
Allí
todas las madres aguardan silenciosas
que
sus hijos no tarden
en
buscarlas.
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