Dios en abandono
dejó la eternidad
extrañas hojas en blanco
describen sus pasos
en aquel texto grueso que dormita
en el viejo librero
detrás del cuarto de papá…
Te lo cuento a ti
en el sortilegio de la noche
ahora que sus vencidos pasos
invaden la distancia
ahora que nos va dejando atrás
en esta densa
tierra que al rodar de las usinas
se muere embebida de aceite
vacío animal
piedras rotas y un cielo opaco…
Una tarola desde la sombra marca gutural
cada momento
mientras vierto una cerveza
escuchando el lamento de un hombre
al dejar caer aquel racimo de muerte
sobre cualquiera ciudad
sin importar
si es al sur o al norte del horizonte…
Qué excelsa grandeza podrá haber
si la muerte no se apura
y bebe conmigo
desdentada sin presión alguna…?
Entonces pregunto
¿cuán sabio es dejarse morir
una tarde azul…?
Matar muriendo en el largo abandono de dios…
sórdida digresión de amancebado antiguo
encaramado en una torre de cristal
sin luces ni vestigios de futuro
en el angosto perfil de la agonía…
Dios se alejó volviendo el rostro
cerrando los ojos
jugando con el tintineo de trece monedas
para no volver…
Su espalda doblada
gime con cada paso
desmoronándose se ha ido rompiendo
tratando de olvidar
el triste augurio
de los quebrares…
Adiós gran señor del paraíso
abandona esta barca
mientras naufraga en un ancho mar
de indignidad…
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