La risa de unos niños
corriendo por la calle, luminosa
empuja mis ventanas
Oleadas de perfumes y rumores
que apagados
el viento trae desde lejos
se cuelan tras de ella
e irrumpen en mi sala
En un palto, escondido entre sus flores
descansa un colibrí.
Más allá, el azul
en rojos jirones se
d e s
h
a
c e
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