Nos enviaron al barrio de Nazarenas
unos perros flacos
hundidos
reciben mi toque
allá al acecho esos ladridos son una señal de temor.
Casa 139
Lavandera y un hijo colegial
viven solos
exprimiendo fango de indigencia
una flor de silencio
en el corazón.
Casa 140
Don Nazario agricultor
vive con sus cinco menores hijos
la madre murió en parto
están en espera
de la llegada de la muerte
oh pequeña de diez años
convertida en madre
girasol “guagua”
flor de congoja
qué aliento
a incienso
me dueles tanto
(ya no tengo ganas
de seguir censando)
Casa 141
Una muda toma mi mano
y me conduce por un patio
pequeña flor silvestre
entiendo tu mudez
porque igual que tú
largamente sé tomar
solo silencio
como patraña de violencia
¿quién podrá salvarlos?
Entonces ocurre
Lo que sucedió.
Casa 142
José un escuálido padre
vive con su niño
Santuco pastor de ovejas
ojitos de capulí
jinete en los caminos
acechanza de ríos
pastor de nubes
patria mía
grito
imploro
quisiera todas las brújulas
todos los juguetes para los Antuco.
En “La poesía nos une”, selección de MaritaTroiano, Carpe Diem editora.
Fragmentos.
Ayacucho, censo 1981
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