Vida tatuada en tu pecho.
Se trata de la conciencia, de entender el valor de la vida olvidando las horas de hastío. Estarías loco si no encuentras el significado del destino. Ese destino de cara a la pared en blanco, a ese juicio ajeno que importa tanto, con esta atolondrada mirada de cansancio, viviendo en ajetreo para complacer la opinión de otros que aprisiona, paraliza, detiene. Quisieras liberar esa gaviota interna que te grita: Detente en esa búsqueda de aplausos, de pasillos fríos, de risas en carnaval. Al final lo que cuenta son los fractales dibujados en tu piel, el purpura de tu sangre en las manos, y los tatuajes ocultos en tu pecho. Sí, al final lo que cuenta es la memoria del corazón, esa memoria que amplía los recuerdos del alma dándole valor a lo conocido en las rutas escabrosas de la vida. Esa vida que llevas tatuada en el pecho, ese pecho que conoce la intensidad de tu amor. |
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