El vino exótico late fuertemente en
mis sienes;
Pensamientos de despedida se
dispersan
en la alfombra—pétalos.
No mires afuera,
la ventana te llama con su boca
abierta gritando.
No debes acercarte
no mires hacia afuera.
Las copas doradas de los árboles en la
lejanía
ocultan secretas trampas
ocultan la muerte.
Agárrate de la sábana que aún guarda
el olor de su cuerpo desnudo.
Abrígate bajo el escudo blanco
piénsalo, piénsalo
piensa en vestidos conocidos,
domésticos
en niños, en madres, en los muertos y
en los vivos
en circunstancias.
Has lo que debas hacer
pero no mires afuera, no te acerques a
la ventana abierta
quédate lejos de la boca del dragón de
la calle, que
gritando sonidos guturales,
obscenos
preside con solemnidad las grandes
travesías.
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