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Sólo en mi derrota,
arena sobre arena,
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manos vencidas
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un calmo mar preludio
de aguas bravas
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sorteando la costa
seca en tierra inerte
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y tus ojos heridos
fijos en este friso sobre piedra negra
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desde donde siempre es posible comenzar de
nuevo
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con el alma en jirones
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jadeante en miedos
y olvidos
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juego de nuevos e infames errores
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sin más, abandono
mis armas
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al desafiante
fragor de mil fracasos
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así te veo
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así te imploro
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así te quiero y
clamo por tus brazos extendidos
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sin decir nada
extiéndelos
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tan solo para
sostenerme un segundo
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en mi larga caída
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pues de seguro voy
rodando
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miro al fondo
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un borroso
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marchito
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hundido foso
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veo la gente rumbo
a un final incierto
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también yo allí
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impropio
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extraviado de mí
mismo
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sigo riendo mi
derrota, aquel trapo viejo
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enredado sobre mis
ojos
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detente hermano
detente
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es arena sobre
arena…
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