martes, 29 de diciembre de 2015

Eclipse de sol por Carmen Amaralis Vega Olivencia



Al nacer le concedieron un espíritu indomable.
Las sombras la reclaman en vano,
No logran que su verdad sea revelada:
Descubrir la alegría intrínseca que la habita.
Al nacer saltaron de gozo las estrellas
Y la luna emocionada lloró lágrimas de plata,
se reunieron las perlas del mar en una trenza
y jubilosos los corales convidaron a una fiesta.
Es que el dolor no la toca,
aunque ronda siempre muy de cerca.
El tiempo no la vence,
Lo utiliza a diestra y siniestra.
Siempre girando con los brazos cansados,
con el alma asustada,
y un millar de sueños por cumplir.
Nada la detiene,
Y suplica a las hadas aclaren su destino,
conocer los ardores del amor,
y cargar a un recién nacido entre sus brazos.
Eso pide.
Cuando esto ocurra
habrá un eclipse de sol en su mirada.




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