lunes, 14 de diciembre de 2015

Breve por Ernesto Valentín



¡Qué breve es nuestra hora!
Las hojas se nos secan
y corren a causa del viento.
Ya no volverán a ser verdes.
Las frutas se precipitan al suelo
y de hongos son presas en breve.
Sus dermis se arrugan por entero,
bellas dejan de ser sin demora.

El sol cae en poniente
haciendo fiesta de colores;
fogatas celestiales en atardeceres,
cada uno único, de vida breve.
Nos envuelve un viento frío
sin que seas tú quien cumple
la tarea triste de cubrirte
con el atuendo postrero.
Hacia allá te vas;
a ver qué pasará luego.

Si en la eternidad otra breve hora
me fuera por fortuna regalada,
regalo de vida que en lo profundo anhelo,
todo el lapso lo invertiré en amar y amar
con intensidad del sol de mediodía,
con la intensidad de un insano fuego.



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