Qué sé yo de elipses, del Mudéjar o del bosón
de Higgs
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Si tan sólo descubro mi esencia de caracol
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Dejando una estela húmeda sobre las hojas
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Con un rumbo que se define al caer la noche
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Esas sombras agudas color añil
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De las que extraigo la profunda humedad
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Que el labriego ignora…
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¿Acaso importa el canto de las sirenas
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Rompiendo el horizonte?
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Quién sabe de su palidez
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Si aún no sé de qué juego he escapado
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No sé si surco mares o profundos fosos
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Pretendo no saber
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Ya alguno tocará mi puerta
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Me palmeará la espalda
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Y con una simple mueca incrustada al rostro
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Me dirá a dónde ir
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Qué no hacer
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Tal vez incluso: qué olvidar…
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