Cuando una mujer ha dejado la piel en el camino,
Hecha jirones por las espinas que se le han
hincado,
Con heridas abiertas por filosas vivencias,
moretones de golpes del destino,
Laceraciones de relaciones que abrieron heridas, magulladuras
de infelicidad,
Y la insatisfacción, la temida insatisfacción que
va matando cual gangrena, todo tejido vivo, mientras miras con angustia como
cambia la coloración y te vas quedando sin sensación en la piel. Viviendo en la
agonía del que muere, lentamente,
Agonía sin alivio es la insatisfacción.
Cuando una mujer cae al precipicio y rueda con su
cuerpo por el farallón, rompiéndose los
huesos, sangrante, moribunda, sin aliento, sin fuerzas para gritar, porque hasta
una pequeña inspiración de oxígeno le hace doler el alma y le estremece el
cuerpo.
Sola,
Sabe que no hay nadie a quien llamar,
Todo grito es en vano, nadie responderá,
Permanece allí tirada en el fondo del barranco,
sabe que la muerte sería lo más piadoso y la anhela, la llama, la desea, la
invoca pero no llega
Allí en el fondo, en la más absoluta soledad, en el
estruendo omnímodo silencio, ella respira su único vestigio de vida que aún le queda.
El sol viene a iluminarle con fulgor, irradiando a
la Diosa que se forja,
Y por la helada noche una madre blanquecina y
etérea la contempla desde lo alto, madre luna que la abraza con amor, que
alimenta con su leche resplandeciente sus células, y de aquel abrazo una fuerza
ancestral despierta y ondulante recorre todo sus cuerpos.
Abre sus ojos, lentamente, se da cuenta que está
viva, y comienza a danzar en el piso, aun no puede levantarse pero lo intenta,
Cuando esa mujer se levanta, con sus huesos
soldados, sus heridas cicatrizadas, su piel regenerada, su aliento recuperado
y se pone de pie,
el viento viene a envolverle de caricias, el agua
cae a purificarla, la madre tierra le insufla energía telúrica, esa que produce
terremotos, maremotos, y que mueve los cimientos de los continentes.
Ella está de pie, ha logrado levantarse de la
muerte
Y ante fuego danzará porque ha nacido nuevamente, y
ella sabe a quién dará tributo.
Cuando esa mujer, de pie ante el fuego danza, las
estrellas brillan con mayor fulgor, las mareas se levantan majestuosas, los
vientos se desatan y sílfides y nuberos pactarán en equilibrio por el
renacimiento. Y la tierra se estremece…
… Ha nacido la bruja,
La mujer poderosa,
La que sabe,
La Diosa,
La sacerdotisa,
La energía femenina en su más pura esencia,
Emprenderá nuevamente el camino, las brujas nunca
dejan de caminar
A su paso, se abren los senderos, la luz está
presente, la guía la intuición
La magia, y los elementales le ofrecen compañía.
Saliendo del Lado Oscuro,
Abril, 2019
0 comentarios :
Publicar un comentario