Amanecemos todavía
y trotamos por
las calles
sin miedo a
los vampiros.
Todavía.
Vivos.
Nuestra hambre
es la fuerza
y nuestro
pecado
ser muchos y
quedarnos estáticos.
Y nuestro sino
ahora es morir
cuando nos
matan
y no saber
cuántos de
tantos
nos matan.
Pero
amanecemos todavía
y persistimos para empezar al fin.
Vivir mientras podemos seguir viviendo sin miedo? Tal vez
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