Te quiero en
mi matinal concierto,
en la mañana
primitiva y gloriosa
de coloridas
luces y céfiros gentiles
habiendo
dejado rezagados
los sueños de
asperezas torpes
e incidencias
pueriles.
Saldrán
de tu roja boca
las
diamantinas notas de tu canto virgen
con matices de
matutinos rayos
y florecerán
los valles apacibles
poblados de
fragantes cedros
y flamboyanes
rojos celosos de tus labios.
Voz
y presencia, ojos que iluminan.
Labios que en
su cantar articulan
las palabras
que conforman con su luz
las bellas
melodías que se montan
en tu voz
angelical de pura virtud.
Despertaré
para presuroso ir
tras tu dulce
voz, tus ojos delincuentes,
tras toda tú.
Despertaré para presuroso ir
ResponderEliminartras tu dulce voz, tus ojos delincuentes,
tras toda tú.
BELLO