lunes, 11 de diciembre de 2017

BESO DE NIÑA por Carmen Amaralis Vega Olivencia


Aún le arde la piel. No entiende ese frío que se centra en su centro.
Sólo fue un leve roce de los labios, y bastó para que cada
poro de su piel pegara un grito.
Se derramó en ese instante el rocío guardado en su mirada,
y el carmín de los labios se hizo grana. Un susto gigante
le invadió los sentidos, y fue muñeca de algodón entre
sus brazos.
Aún no entiende por qué no duerme ni desea alimento.
Busca los rincones solitarios para regodearse frotando
su piel y saboreando sus deseos.
Su boca está marcada de delicias, y por primera vez
percibe sus senos como cumbres a punto de erupción.
La  entrega total del primer beso la hace sentir culpable
de un no sé qué,
y se mira al espejo transformada en mujer.


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