lunes, 11 de septiembre de 2017

Partida en dos por Carmen Amaralis Vega Olivencia

A veces se bifurca
y sus trozos rozan senderos íntimos,
misteriosos,
ocultos.

Un yo errático se pierde en extrañas profundidades.
Logra tocar fondo,
y con manos bien abiertas
acaricia el sabor del poder.

La otra se eleva al infinito.
Sobrevuela sus propias ganas
salpicando de rojos los delirios.
Con ojos bien abiertos
logra ver la desidia.
Respira el aire enrarecido,
olfatea desconcertada
todos los olores tibios del mañana.

Y así, partida en dos,
reconoce los extremos de la vida.

Suma y resta el valor de la existencia.
No hay recompensas ni castigo,
solo la apacible soledad del ser.





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