Adoquines de cristal
rompen mis pasos al alba
y en mi ciego caminar,
calle, cada vez más larga.
Duro y frío pedernal,
noche, farol y luciérnaga,
saeta que mueve el viento
a ritmo de corazón
hacia unos besos que acechan.
Amor de cristal y piedra,
vino, veneno el que pago
para obtener recompensa
de una carne donde vuelan
suspiros en aves negras.
Virgen eres en mis sueños,
demonio, en mis noches lentas,
cuando apagar yo no puedo
la llama de mis flaquezas.
Muerte por tus tenues muslos
cuando abiertos se me templan.
Turbio, oscuro es tu horizonte.
Blanca alborada de amor
donde mi cuerpo se pierda.
C.ROMÁN.(Poemas Lorquianos octosílabos )
( derechos de autor reservados )
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