En el absurdo extremo del barroco este nocturno
La sutil
violencia de las higuerillas danzando
sobre los riscos
Por donde
los pedruscos ruedan
Mientras el
compás de las olas sigue insinuándose a la orilla…
Ahora mis
pasos detenidos miran al
sur
Por donde
no he de volver
Porque
estas luces dormidas son un letargo que me sujeta
Porque he
de aparcar mis huesos
Cual gavilla
prendida a una barca
Y tal vez
mañana cuando el dulce sonido de las cuerdas
Me susurren
despacio muy suave
Saboreando
el silencioso hacerse de la mañana
Cambie del
todo mi destino…
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