Mucho se gana el horizonte la mal querencia;
al parecer se place en separar de ti
al ser que tanto amas.
Es fronterizo forjador de mudas ausencias.
La cavilación se torna en obsesión
al no saber qué secretos innombrables
crecen como horribles monstruos en procesión
más allá de esa línea gris que luce insalvable.
Secretos hay en la llama de un cirio,
en el callado fondo del viejo bosque,
en el palpitante corazón del que padece mudez.
Incógnitas lleva el asteroide que sondea el vasto
cielo
y en el desolado caracol sin inquilino sobre arena
muerta,
como en el fondo oscuro que el mar azul esconde.
Secretos en la planicie cubierta con polvos del
tiempo,
en la alta montaña que antes fue fondo de mar,
en el silencio prudente del hondo pensamiento,
en la boca callada con la lengua mordida,
y en el vientre materno en engendramiento.
Son tantos los escondites de los secretos
donde conspiran el cuándo, cómo, por qué, y el dónde…
pero ese fronterizo velo que sigiloso ante tus ojos se
forja
y te aparta en complicidad con el oscuro horizonte,
es el que más profundo nos acongoja.
Hermoso, profundo. Admiro mucho esa capacidad y ese talento para comunicar sentimientos. Felicitaciones
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