La palabra
vuelve a la
tierra prometida
Se abre
Se desangra
Bajo su yugo
el hombre
Bajo su fuego
el poema
cobrando
forma
desde el
silencio
Extiendo mis
brazos
Pronuncio
el
sentimiento preciso
presta a
escucharte jubilosa
Porque al
romperse mis límites
se libera mi
escritura
de sus nudos
Y encuentro
tu voz
en la
subterránea huella del mundo
En la
placenta misma
donde el
cuerpo se hace musgo
Armonía
umbilical
Horadados
somos como piedras
por la misma
gota
Escritos
somos con la misma pluma
Unificados en
el alumbramiento
de la palabra
universal.
Del poemario "Desde
los Cantos Ausentes"
Atala Matellini
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