No te calles como los muertos
porque hasta
las piedras hablan
No
dejes que el hielo
te convierta
en témpano
No dejes que
el frío congele
tus dedos,
tus ojos
No te aísles
como hoja a la deriva
porque
sucumbirás entre las aguas
Deja que mi
lengua refresque
tus sienes,
humedezca tu cuerpo
deja que mi
voz acaricie
tus sueños.
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