A la juventud
venezolana en estas horas lóbregas y de esperanza en que su valentía ha
conmovido al mundo
No parí soles en medio de la tormenta
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Ni crucé el estrecho de Magallanes para ver estrellas
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Ni creí en la iridiscencia de la nieve cuando hacía frío
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Ni cabalgué entre pinos mirando el horizonte
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Ni recogí las lágrimas del cielo mientras me desvanecía
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Ni besé osada a Zeus
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Ni reté a Hera por su amor
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Ni me casé con Dionisio en secreto
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Para que te humillaran
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Para que mataran tu garbo
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Para que insultaran tu espíritu majestuoso
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Para que quebrantaran tu alma en cenizas
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Para que tu altivez se vuelva ruina
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Para que tu soberbia se deshaga en rocío
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Para que no brille nunca más el arcoíris de tu entraña,
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Sino
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Para que te erices como un león ante la injusticia
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Para que resplandezcas como una luciérnaga entre los despojos
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Para que te yergas como un pino sobre la malicia
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Para que planees como el águila sin temores
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Para que profeses el amor secreto a tu tierra en medio de espinas
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Para que tus ojos iluminen el porvenir de girasoles
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Para que tu frente no se rinda ante los miserables;
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Por eso…
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aún creo en ti.
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