Recordar es volver a
sentir los susurros del ayer...
Y acariciar esos
instantes que abrazados a nuestra memoria
emocionan hasta las
raíces del alma.
He ahí la poesía...
Mensajera de lo invisible en cada amanecer:
haciendo visible lo
que fue y vuelve a ser...
He ahí la
resurrección del verbo compartido
diciendo NO a los
olvidos...
He ahí los valores
que humanizan, más allá de toda partida,
porque alguien o
algo, se ha quedado viviendo en nosotros,
y sigue sembrando e
iluminando el camino de nuestro caminar,
en una procesión de
versos sin final.
María Elena lo
sabía... su voz respira en cada metáfora de nuestra voz...
Recordarla es existir
en su nueva existencia!
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