Casi la toco,
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Casi toco esa mágica ilusión que me persigue.
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Alzo los brazos hasta sentir gaviotas,
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plumajes suaves con toques de ternura,
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delicada flor con pétalos de piel,
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Surcos con la miel virgen de un beso.
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Casi lo alcanzo,
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Percibo un extraño susurro que despierta mil
deseos,
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la urgencia de mirar aquel brillo que brota de tu
alma,
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encontrar la palabra perfecta,
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esa que descansa en el fulgor del sol,
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que entibiece el frio del pecho,
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que revive la paz quebrada,
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y detiene el tictac de las distancias.
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Casi te acaricio en las sombras de la noche,
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en la niebla del camino escabro,
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ese que recorro enloquecida
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Persiguiendo el fantasma que hostiga,
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que me grita tu nombre
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con la sola intensión de torturarme,
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Dejando que viva cada instante
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entre el dolor y la esperanza.
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Leerte es deleitarse, poetisa.
ResponderEliminarAbrazotes, amigaza
Beto Brom desde Israel