Pero solo hasta que nos una en un abrazo
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La distancia generacional que hoy nos separa
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Mientras te pido
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Admires los hilos de plata que coronan mi
cabeza
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Percibas los surcos de mi rostro son espejos
de risas y llantos
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Escuches el jadear de mis pasos que corren
tras tus quimeras
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(Sin
mezclarme con ellas aunque me diviertan)
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Eres vida de mi vida y debo dejarte partir
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Pero corre, porque hay más tiempo que vida
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Y la mía necesita que tú, le des cuerda.
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Es grande mi dolor
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Pero mayores son las alas con que quise
concebirte
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silviavernengo@gmail.com
Del libro
las Cartas de Doña Rosa
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