Lo que quiero es que imaginemos un paisaje de acuarelas
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Nos olvidemos del mundo y entremos en él
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como las dos primeras letras de un cuaderno vacío
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Creemos cosas inexistentes
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e inventemos nombres para esas cosas
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Te daré de comer una nube para que tengamos un arco iris como
hijo
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Que esas cosas estén hechas de manos y piedras
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de tal modo que no las corrompan puntos ni borradores
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De tal modo que abandonen su traje de sueño
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y puedan ser contadas como vestigios de la fantasía
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