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Cuando parezca que el
glacial invierno
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no deja
sitio sino a los dolores
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y no sepamos
bien, ya sin candores,
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dónde encontrar el cielo o el infierno.
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Cuando el
silencio pese, sin amores,
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en
soledad fatal, ya sin alterno
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para
llorar el vuelo sempiterno
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de aquellos
seres que no están ¡No llores!
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Tu ser está
amasado con la risa
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de las
antiguas horas que enriquecen
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tu corazón y
mente , ya sin prisa.
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Contigo
están tu juventud ardiente,
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el familiar
entorno, la sonrisa
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¡Y Dios,
potencia que besa tu frente!
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